El ser humano está en un momento de su historia muy interesante y todo gracias a todos los avances tecnológicos que se están llevando a cabo. Pero una de las que más llama la atención es algo que a muchos les cuesta entender y es que la Estación Espacial Internacional (ISS) debe ser desmantelada. El problema es que es una labor que la propia NASA no puede llevar a cabo sola y por eso ha pedido ayuda a otras agencias que le ayuden en el procedimiento.
Como muchos podrían esperar, es SpaceX la elegida para prestar esta ayuda y todo gracias a algo que se podría considerar como un remolcador espacial.
Todo empieza con remolcar la ISS
Durante años, la ISS ha sido un punto de acceso al espacio del ser humano al espacio. Científicos y astronautas de todo el mundo han llegado a este sitio en el que lo último en tecnología y ciencia han ayudado a que en la Tierra se usen elementos que de otra manera no se podrían haber investigado o incluso probado. Sin embargo, esta estructura lleva años en funcionamiento y la NASA considera que es el momento de desmantelarla por completo.
Sin embargo, semejante laboratorio espacial es imposible de controlar y aterrizar en la tierra como lo hacen los transbordadores espaciales, por lo que la agencia estadounidense ha pensado que necesitaría un Vehículo de Deorbitación para evitar que la estructura se desintegre cuando entre en contacto con la atmósfera terrestre. Por ese motivo, la NASA anunció que pedirá ayuda a SpaceX para la construcción de un sistema que ayude a que la nave consiga mantenerse intacta en su vuelta a la Tierra.
El contrato será de nada menos que 843 millones de dólares y, según las declaraciones del administrador asociado de la Dirección de Misiones de Operaciones Espaciales de la NASA, Ken Bowersox, “”la selección de un vehículo de desorbitación estadounidense para la Estación Espacial Internacional ayudará a la NASA y a sus socios internacionales a garantizar una transición segura y responsable a la órbita terrestre baja al final de las operaciones de la estación”.
Un proceso que se realizará en seis años
Tanto la NASA como SpaceX tienen sus propios planes que seguir y la misión para que la ISS aterrice en la Tierra no es tan urgente. Es cierto que los equipos tendrán que ponerse manos a la obra si quieren que el Vehículo de Desorbitación funcione correctamente. El plazo establecido para comenzar con esta misión tendrá lugar en 2030, o dentro de seis años, momento en el que las diferentes naciones tendrá que abandonar la nave.
Hasta ahora, la ISS ha sido un referente de la ciencia y la tecnología durante más de 20 años de operaciones ininterrumpidas, por lo que se perderá la posibilidad de seguir trabajando en el espacio durante un tiempo, al menos hasta que haya una sucesora que vuelva a mandar más allá de la estratosfera para continuar con más proyectos que desarrollar en el futuro.
