Existen muchas leyendas urbanas que desde pequeños se nos han dicho para evitar ciertas conductas o acciones. Una de ellas tiene que ver con una chuchería que ha estado en tu boca en alguna ocasión, aunque en la etapa adulta sigue siendo más que frecuente. Estamos hablando de los chicles y de la extendida creencia de que tardan 7 años en digerirse.
Se trata de un mito que seguramente has escuchado en más de una ocasión, pero la pregunta es si es real o no. Hoy, por fin, sabrás la respuesta y tendrás en cuenta lo que le puede pasar a tu organismo si te tragas alguno, ya sea aposta o por error.
La composición de los chicles
Los chicles están presentes en la vida de muchas personas como un elemento que les permite mantenerse entretenidos durante un tiempo o como algo que les ayuda a camuflar ciertos olores que se alojan en la boca. Son muchas las marcas que venden los suyos tanto en grandes superficies como en pequeñas tiendas de gominolas a un precio más que asequible para todos los bolsillos. Algunos son capaces de hacer peripecias como bolas de aire en su interior, pero lo cierto es que hay que tener cierto cuidado con lo que se hace con ello. Y es que lejos de lo que puede suponer de que alguien te pego un chicle en el pelo, hay otra cosa importante que debes tener en cuenta y es lo que pasa cuando te tragas un chicle.
Es probable que durante tu infancia y adolescencia habéis escuchado a tus padres abuelos decirte que pueden pasar hasta siete años dentro de tu estómago hasta que estos se eliminen, por lo que hay que recurrir a la ciencia para entender exactamente si esto es o no un mito.
Lo primero que hay que tener en cuenta es la composición del chicle en sí. En total hay cuatro que son permanentes en todos estos productos y son los siguientes:
- Plastificadores: son elementos aditivos que reducen la viscosidad de un material por lo que cambia la viscosidad y propiedades físicas de un material.
- Edulcorantes: es un material que modifica el sabor de la goma haciéndola que sea más dulce y llamativa cuando se masca.
- Saborizantes: esto es lo que permite que la goma tenga diferentes sabores en función de lo que quiera el fabricante o de la demanda de los usuarios, permitiendo simular el sabor de casi cualquier comida pero especialmente de las frutas.
- Goma: es el elemento base del chicle el cual le da su propiedad de deformarse pero no perder su elasticidad y resistencia. Normalmente está hecha de químicos sintéticos.
Como puedes ver hay muchos elementos en juego y curiosamente no todos son tan fáciles de digerir por el cuerpo humano. Hay que tener en cuenta que los tres primeros saborizantes plastificadores y edulcorantes son elementos que tanto el estómago como el intestino son capaces de digerir sin problema alguno. Todo lo contrario ocurre con la goma que es un material más difícil de tratar por el sistema digestivo. Seguramente te habrás dado cuenta de que la saliva y los diferentes dientes son incapaces de triturar por completo la goma la cual queda insípida después de que el resto de elementos hayan cumplido con su trabajo.
Entonces, ¿los chicles se pueden digerir?
Después de escuchar todo esto puedes pensar que el chicle puede quedarse en tu organismo durante mucho tiempo, pero la realidad es completamente diferente. Dicho de otro modo, el aparato digestivo es capaz de digerir el chicle sin problemas en poco tiempo.
El proceso de la ingesta de comida implica también que el organismo es capaz de clasificar todas aquellas sustancias que introduces con el fin de sacar provecho de todas y cada una de ellas. Evidentemente, lo que no vale pasa a la parte de los desechos y es aquí donde acabará la goma de mascar. Al fin y al cabo el sistema es incapaz de obtener de este elemento nada que le sirva dada su base sintética, por lo que simplemente cuando tengas que ir al baño le echarás con el resto de los materiales sólidos que tu cuerpo ha sido incapaz de obtener ningún tipo de material.
