Es cierto que todas las investigaciones llevan tras de sí mucho tiempo de estudio y trabajo con el que demostrar alguna teoría o incluso innovar en algún campo que sea de gran utilidad para el ser humano. De hecho, el común de los mortales son incapaces de retener todas esas fórmulas y materiales muy complejos, pero lo cierto es que no siempre nos encontramos con proyectos que solo se explican si tienes una pizarra cerca. Y el ejemplo más claro llega de la mano de un cerdito medioambiental con el que han creado una forma de mostrar al mundo la contaminación que hay en el aire.
Lo más curioso de todo es que este proyecto tiene un toque artístico que hace que incluso algo que produce tanto rechazo como la polución se vea con otros ojos con la tecnología adecuada y un poco de investigación.
Contaminación ‘de colores’
Una de las cosas que toda persona que vive en una ciudad asume es que el aire está contaminado. No se da a simple vista, pero de las partículas que salen por los tubos de escape de los coches, autobuses y otros gases generados por las viviendas y comercios cercanos hacen que el aire que respiras esté lleno de polución. Hay ciudades que son el claro ejemplo de esto que te estamos contando y que no se aprecia a simple vista a menos que salgas a las afueras de esos núcleos urbanos y de un vistazo veas que el aire no está limpio.
Sin embargo, hay personas que ven oportunidades en algunos problemas típicos de la vida diaria, como es el caso de Francis Pope y Robin Price. El primer científico medioambiental de la Universidad de Birmingham y el segundo artista, y juntos, han unido sus conocimientos para crear un sistema que es capaz de reflejar las partículas presentes en el aire de una manera mucho más clara de la que te puedas imaginar.
Una forma de entender la contaminación atmosférica
Así es como Pope define este proyecto en el que con una tecnología muy sencilla han logrado captar imágenes del medio ambiente que jamás hubieras pensado que serían tan claras en tantos aspectos. Lo primero que debes de saber de este proyecto es que las luces que aparecen reflejadas son materiales en suspensión cuyos componentes básicos son sulfatos, nitratos y amoniaco que son perjudiciales para el ser humano. Con esto en mente, el científico se valió de unos sensores de contaminación atmosférica capaces de medir la concentración de estos elementos en el aire, los cuales quedaban expuestos en tiempo real gracias a la programación de un sistema de luces LED. Por lo tanto, cuanto mayor es la concentración de estos elementos nocivos y más luces parpadearan en la estructura que los capta.
Por su parte, Robin Price se encargó de su parte artística mediante el uso de la fotografía. Dirigiendo los diferentes tiros de cámara, inmortalizó estos momentos de tal forma que se puede concienciar a la gente del estado del aire que suelen respirar. Es importante destacar que este proyecto se ha llevado a cabo en diferentes partes del mundo como la India o Etiopía por nombrar algunos países donde han trabajado con este proyecto.
Y es que es increíble ver el contraste de cómo está el aire en algunos lugares del mundo, ya que en algunos sitios apenas hay algunas luces parpadeando indicando que no hay tantos elementos contaminantes en el aire que puedan dar lugar a cualquier problema indicando que no hay tantos elementos contaminantes en el aire que puedan dar lugar a cualquier problema respiratorio a cualquier persona. Pero hay otros casos como por ejemplo el que registraron en Delhi donde el sensor estaba prácticamente iluminado todo el tiempo lo que hace imposible que se pudiera ver el otro lado de la pantalla que crearon con estas bombillas de led dando a entender la pésima calidad de aire que respiran las personas de la ciudad.
Por lo tanto, queda patente que el ser humano tiene que poner de su parte para evitar que la contaminación siga creciendo y causando estragos en la salud de todo el mundo especialmente de aquellos ciudadanos cuyas ciudades padecen los estragos de una calidad de aire deficiente.
