Una de las dudas que todo usuario de un ordenador tiene es que hacer cuando ha acabado de utilizar el dispositivo. A muchos simplemente les vale con bajar la tapa del portátil o directamente apagar la pantalla conectada a la torre, pero lo cierto es que para algunos se puede hacer mucho más. Por eso hoy te vamos a dar algunas explicaciones de por qué no es necesario apagar tu ordenador si no quieres.
O mejor dicho te vamos a dar motivos por los que no deberías apagar nunca tu ordenador, algo que puede ir en contra de la recomendación es de muchos, pero que puede tener sentido para algunos usuarios dependiendo del uso que le den a su dispositivo o el trabajo que estén realizando.
Diferencias entre los modos de consumo de energía
Una de las cosas importantes que hay que tener en cuenta es que los ordenadores como todo elemento electrónico tienen dos posiciones o están encendidos o están apagados. Con esto queremos decir que dependiendo de si hay un flujo constante de energía o carece de él, podemos determinar si el ordenador realmente está o no funcionando. Por eso es importante también tener en cuenta los diferentes modos de energía que tiene un ordenador disponible para sus usuarios. Es probable que ya los conozcas, pero nunca está de más repasarlos para tenerlos en cuenta:
- Apagado: el ordenador en este estado no recibirá energía de la fuente de alimentación que está conectada a la red eléctrica. Esto implica que ningún componente estará funcionando durante este estado precisamente por la ausencia de la alimentación de este.
- Suspensión: esta característica se puede resumir en un estado de letargo. Hay equipos que cuando pasa un tiempo sin recibir ninguna orden del usuario, ya sea mediante el teclado o el uso del ratón, estos reducen al mínimo el consumo de energía.
- Hibernación: está a caballo entre suspenso y el apagado. Se trata de un modo de bajo consumo en el que la información que de otra manera se quedaría almacenada en la memoria RAM esta pasa al disco duro, de tal forma que cuando vuelves a encender la máquina recuperarás toda la información con un gasto energético prácticamente de cero.
Ventajas e inconvenientes de dejar el ordenador siempre encendido
Las funciones anteriores son importantes tenerlas en cuenta, ya que uno de los inconvenientes por los que no deberías dejar tu ordenador encendido pasa por el gasto energético. Con eso que te queremos decir que dependiendo de los componentes de tu ordenador y lo que esté haciendo consumirá más o menos energía, aunque esto seguramente lo notes a final de mes cuando te llegue la factura de la luz.
Por supuesto también tendrás un hándicap en lo que ruido se refiere aunque esto depende directamente de la antigüedad que tenga tu ordenador y lo limpio que esté, ya que son los ventiladores los encargados de que el flujo de aire fresco pase por todo el interior y se expulse el aire caliente para que los componentes no se saturen demasiado. Esto también supone otro factor dentro de las desventajas, ya que los componentes seguirán trabajando de manera continuada y esto da como consecuencia que la vida útil de tu ordenador se reduzca más rápido de lo que debería ser.
Si nos centramos en las ventajas que tiene el hecho de no apagar nunca el ordenador, todo tiene que ver con la productividad. Y es que son muchos los usuarios que necesitan que su máquina esté todo el rato funcionando porque su trabajo se le exige, especialmente si se manejan archivos de gran volumen o el tiempo que tarda en generarlos es mucho.
Otro motivo también tiene que ver con la conexión a un servidor remoto o local en el quehacer copias de seguridad. Esto es muy importante, ya que muchos de los usuarios que intentan tener una copia de seguridad no quieren que su ordenador la haga en los horarios en los que los utiliza, por lo que dejar el ordenador todo el día en funcionamiento se convierte en una necesidad.
Aquí también es donde entra en juego las funciones de suspender e hibernación las cuales no dejan el ordenador sin energía, ya que mantendrán todo el trabajo en el que estabas inmerso la próxima vez que lo enciendas, ya que de otra forma tendrás que activar el ordenador y esperar todos los tiempos de carga necesarios hasta que te pongas a trabajar y eso en muchos casos supone perder mucho tiempo.
